Querido/a atleta,

Entrenaste con todo. Dejaste muchas cosas de lado. Te levantaste temprano, corriste con frío, te exigiste cuando nadie miraba. Llegaste. Lo lograste. Cruzaste esa meta que durante tanto tiempo fue tu norte. Y ahora, algo extraño pasa: no sabés qué hacer. No tenés ganas de entrenar, te sentís raro/a, un poco triste incluso… ¿Por qué? ¿No se suponía que debías estar feliz?

Lo que estás viviendo tiene nombre y es más común de lo que pensás: vacío post-competencia. Un bajón emocional que aparece cuando ya no está ese objetivo que organizaba tu vida. Y no sos débil por sentirlo. Todo lo contrario: significa que diste tanto de vos que ahora necesitás reacomodar tu energía, tu motivación, y hasta tu identidad.

💡 Por eso, acá te comparto lo que dicen distintas miradas sobre este momento tan particular:

🧠 La psicología lo explica así: tu mente necesita un propósito para funcionar bien. Si ese propósito desaparece de golpe, como pasa después de una carrera o una competencia fuerte, aparece el vacío. Es como si el cerebro se quedara sin mapa. Pueden surgir pensamientos negativos, desgano o ansiedad. La solución no es ignorarlos, sino entenderlos. Y crear nuevos mapas. (Fuente: Sports Performance Bulletin)

🏃‍♂️ Desde el deporte: tu cuerpo estaba en modo «supervivencia». Alta adrenalina, foco total, esfuerzo al máximo. Cuando todo eso termina, hay un descenso fuerte. Es normal que no tengas ganas de entrenar enseguida. Por eso, se recomienda una fase de «descompresión»: movimientos suaves, contacto con la naturaleza, hacer actividades recreativas, conectar con otros desde otro lugar. (Fuente: Financial Times)

🧬 La medicina agrega algo más: la competencia desgasta tus reservas de dopamina y serotonina, que son las sustancias que regulan tu ánimo. Por eso te podés sentir bajo/a de energía, con insomnio o emocionalmente inestable. Además, el sistema inmune se debilita. Este es un momento clave para priorizar el descanso, la buena alimentación, la hidratación y el sueño profundo. (Fuente: BMC Sports Science)

👥 Desde lo social: muchas veces, ser “el/la que corre”, “el/la que entrena”, se vuelve una parte fuerte de tu identidad. Pero cuando la carrera termina, ¿quién sos? Esa es una pregunta potente. Y a veces, incómoda. Por eso es importante también reconocer que valés por mucho más que tus resultados. Que tu esencia está en tu forma de vivir, no solo en lo que lográs. (Fuente: Medical Republic)

🧘‍♀️ La filosofía lo ilumina desde otro lugar: alcanzar una meta importante puede ser tan fuerte que te deja en silencio. Como un viajero que llegó a la cima y de golpe, no sabe qué hacer con tanto cielo. Pero ese vacío también puede ser fértil. Es una pausa para reflexionar, para redefinir el sentido de lo que hacés. Y quizá, para descubrir que hay un “vos” más profundo que todavía está por desplegarse. (Fuente: Jonathan Lear – Harvard University)

📌 Entonces… ¿qué podés hacer en este momento?

✅ Permitite sentir sin apurarte a «salir del bajón». ✅ No tomes decisiones en caliente. Date unos días. ✅ Hablá con alguien de confianza. Compartir ayuda. ✅ Empezá a imaginar nuevos objetivos, incluso pequeños. ✅ Reconectá con lo que te hace bien más allá del deporte: amistades, familia, arte, música, descanso. ✅ Celebrá lo que lograste. No lo minimices. Hiciste algo enorme.

🎯 Recordá algo clave: este momento no te resta valor. No es un retroceso. Es parte del proceso. Ser atleta no es solo tener fuerza para correr, sino también para frenar, sentir, pensar y volver a elegir.

Tal vez no lo sabías, pero esto también es entrenar. Entrenar tu mente, tus emociones y tu humanidad. 🌱

Si este mensaje te tocó, era para vos. Y si sentís que a alguien más le puede servir, no dudes en compartirlo.