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En los momentos previos a alcanzar una meta importante, ya sea en el ámbito deportivo, académico, personal o profesional, la mente experimenta una serie de respuestas fisiológicas y emocionales complejas, que involucran la activación del sistema nervioso autónomo y la liberación de neurotransmisores. Aunque cada contexto tiene sus particularidades, existen similitudes en los procesos mentales y emocionales que se desencadenan.

Para un deportista que está a punto de cruzar la meta, el enfoque mental se intensifica, activándose mecanismos de supervivencia y liberación de endorfinas, mientras el cuerpo trata de gestionar el dolor y el cansancio. La adrenalina incrementa, generando una sensación de euforia y anticipación por el logro.

En un estudiante próximo a un examen final, se experimentan niveles de ansiedad cognitiva similares, pero con un enfoque distinto, ya que la presión mental proviene de la evaluación del conocimiento, más que del rendimiento físico. Aquí, la liberación de cortisol puede afectar la memoria, favoreciendo o inhibiendo el desempeño.

En el caso de una persona persiguiendo un objetivo personal, la cercanía del logro activa emociones profundas, relacionadas con la autoeficacia y el crecimiento personal. La mente transita entre la tensión y la anticipación, gestionando el miedo al fracaso y la esperanza de éxito, lo que conlleva un esfuerzo emocional significativo.

Por último, para alguien a punto de alcanzar un logro profesional, como un ascenso o un proyecto exitoso, la mezcla de adrenalina y cortisol es evidente. La percepción de la recompensa y el reconocimiento social actúan como motores de la motivación, con la mente centrada en superar las últimas barreras hacia el éxito.

En todas estas situaciones, la anticipación del logro moviliza una activación cerebral común que involucra la amígdala y el sistema límbico, así como la corteza prefrontal, que participa en la regulación emocional. Sin embargo, el contexto específico determina cómo se gestionan estas respuestas, mostrando que, aunque las vías fisiológicas sean compartidas, la experiencia subjetiva de cada persona es única, moldeada por factores individuales y sociales.

Una vez alcanzada la meta, es común que surja una sensación de vacío o decaimiento, conocida como “depresión post-logro.” El individuo experimenta una disminución de la euforia y el entusiasmo, lo que puede llevar a una falta de propósito momentáneo. Esto ocurre porque la mente deja de percibir un objetivo inmediato, enfrentándose a la necesidad de redefinir nuevas metas y desafíos para mantener el sentido de motivación y dirección en la vida.

Mg. Sergio Furlan.

Referencias

Müller, H., & Weber, T. (2024). Psychological and physiological responses during the final moments of goal achievement in athletes. University of Heidelberg. Recuperado de https://journals.uni-heidelberg.de

Smith, J. D., & Johnson, L. M. (2024). The post-achievement effect: Understanding motivation and emotional responses after significant accomplishments. Harvard University. Recuperado de https://journals.harvard.edu

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