Moverte, copiar rutinas, contratar idóneos, “la interné”obviamente es más barato…

El valor del entrenamiento físico, tanto personal como grupal, ha experimentado un aumento significativo debido al creciente reconocimiento de su impacto en la salud y calidad de vida. Estudios científicos han demostrado que el ejercicio regular alarga la vida y mejora su calidad, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas y promoviendo un envejecimiento saludable. Esto ha generado una mayor conciencia universal sobre la importancia de entrenar, especialmente bajo la guía de profesionales altamente capacitados.

El conocimiento, experiencia y personalización que ofrecen los entrenadores profesionales no solo maximizan los beneficios del ejercicio, sino que aseguran seguridad y eficacia en cada sesión. Además, entrenar mejora el coeficiente emocional (EQ), generando bienestar general al promover autoconfianza, motivación y control del estrés. Esta experiencia fomenta conexiones sociales y fortalece la sensación de pertenencia, contribuyendo al equilibrio físico y emocional. En un mundo donde cada vez más personas buscan vivir más tiempo y con menos dependencia de medicamentos, invertir en entrenamiento físico ha pasado a ser una prioridad. Así, el costo más elevado refleja el valor de una vida más plena, activa y saludable, y es una elección consciente de bienestar.

El vínculo entre el movimiento y el bienestar ha sido exaltado desde la antigüedad. Hipócrates, el “padre de la medicina”, afirmaba que “si estuviéramos dispuestos a hacer suficiente ejercicio y llevar una dieta adecuada, no necesitaríamos médico alguno”. Aristóteles, por su parte, defendía que “el movimiento es vida” al considerar que el cuerpo y la mente se fortalecen a través de la actividad. En tiempos contemporáneos, el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi destaca cómo el movimiento genera estados de “flujo” que conducen al bienestar emocional y a una vida más plena. Así, la actividad física se revela como una salvación, una vía de conexión con nuestra mejor versión.

Con el incremento en la valorización del ejercicio físico, se entiende que este proceso no solo mejora la salud individual, sino que también ofrece una experiencia transformadora a nivel emocional y social. Entrenar no solo fortalece el cuerpo, sino que impulsa a las personas a reconectarse consigo mismas y con quienes las rodean, en busca de una vida equilibrada, vital y llena de significado.
Les dejo un breve resumen de tres trabajos relevantes que destacan la creciente valoración del ejercicio físico en la sociedad mundial:
1. Organización Mundial de la Salud (OMS): En su informe “Global Action Plan on Physical Activity 2018-2030”, la OMS destaca que la actividad física es fundamental para prevenir enfermedades no transmisibles y mejorar la salud mental. La organización subraya cómo la promoción del ejercicio puede reducir costos en sistemas de salud y mejorar la calidad de vida de millones de personas, reflejando su valorización global.
2. American College of Sports Medicine (ACSM): En diversos estudios, el ACSM ha enfatizado que el ejercicio dirigido por profesionales contribuye a mejorar la longevidad y la calidad de vida. Se destacan beneficios como el control del peso, la reducción de riesgos cardiovasculares y la mejora del bienestar psicológico, subrayando el valor creciente de entrenamientos dirigidos.
3. Harvard T.H. Chan School of Public Health: Esta universidad ha publicado estudios que muestran cómo la actividad física moderada a intensa está asociada con una reducción significativa en la mortalidad prematura y mejora el bienestar general. El ejercicio es visto como una “inversión” en salud que justifica los costos asociados, dada su capacidad para transformar la vida de las personas a nivel físico, mental y social.

¡Ahorrar para vivir más y mejor!

Mg. Sergio Furlan