La procrastinación en la actividad física es un fenómeno que se ha estudiado en los últimos años, siendo sus causas diversas y multifactoriales, relacionadas con aspectos psicológicos, emocionales y socioculturales. La falta de motivación y planificación, los miedos y la autopercepción negativa son algunos de los factores que influyen en la postergación de la actividad física, lo cual afecta el bienestar y la salud general de la población.

La falta de motivación es uno de los principales factores. Según Steel y Klingsieck (2016), las personas que no establecen objetivos claros y realistas tienden a percibir el ejercicio como una obligación, lo que reduce su disposición a iniciarlo. La teoría de la autodeterminación sugiere que la motivación intrínseca (disfrutar la actividad) es más efectiva para la adherencia a la actividad física, pero cuando los motivos son extrínsecos (como la apariencia física), las personas suelen procrastinar más (Deci & Ryan, 2012).

Los miedos y las inseguridades también contribuyen a la procrastinación en la actividad física. La investigación de Ekkekakis et al. (2011) muestra que el temor al juicio social y la comparación con otros generan ansiedad, lo que puede llevar a evitar la actividad física en entornos donde las personas se sienten observadas. Asimismo, estos temores son especialmente prevalentes en personas con baja autoestima, quienes suelen experimentar altos niveles de ansiedad en situaciones que perciben como desafiantes.

Por otra parte, la falta de planificación y la dificultad para integrar la actividad física en la vida cotidiana también fomentan la postergación. Una revisión de Sniehotta et al. (2005) destaca que la integración del ejercicio en la rutina diaria es un predictor importante de adherencia, y su ausencia es un factor clave en la procrastinación. Sin una organización que facilite la inclusión del ejercicio en horarios regulares, es más probable que las personas opten por otras actividades de gratificación inmediata.

Finalmente, la escasa gratificación inmediata en la actividad física puede hacer que las personas prefieran actividades más pasivas y de recompensa rápida, como ver televisión. Segar et al. (2014) indican que la percepción de que los beneficios del ejercicio son a largo plazo reduce la disposición a comenzar, mientras que actividades alternativas de gratificación inmediata se vuelven más atractivas.

En conclusión, la procrastinación en la actividad física es un problema complejo que involucra tanto factores individuales como contextuales. Para aumentar la adherencia, es crucial promover la motivación intrínseca, desarrollar estrategias de planificación y superar barreras psicológicas y sociales.

Mg. Sergio Furlan

Referencias

•   Deci, E. L., & Ryan, R. M. (2012). Self-Determination Theory. Oxford University Press.
•   Ekkekakis, P., Parfitt, G., & Petruzzello, S. J. (2011). The Pleasure and Displeasure People Feel When They Exercise at Different Intensities. Sports Medicine, 41(8), 641-671.
•   Segar, M. L., Eccles, J. S., & Richardson, C. R. (2014). Rebranding exercise: Closing the gap between values and behavior. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 11, 53.
•   Sniehotta, F. F., Scholz, U., & Schwarzer, R. (2005). Bridging the intention–behaviour gap: Planning, self-efficacy, and action control in the adoption and maintenance of physical exercise. Psychology & Health, 20(2), 143-160.
•   Steel, P., & Klingsieck, K. B. (2016). Procrastination: When good things don’t come to those who wait. In A. J. Elliot (Ed.), Advances in Motivation Science (Vol. 3, pp. 71-99).

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